Además, las tecnologías de energía geotérmica aprovechan el calor del interior de la Tierra para generar electricidad o proporcionar calefacción y refrigeración, mientras que la energía de la biomasa utiliza materia orgánica, como madera, residuos agrícolas y residuos sólidos urbanos, para generar calor o electricidad.
Al aumentar la proporción de energía producida a partir de fuentes alternativas y renovables y mejorar la eficiencia energética en todos los sectores, podemos reducir significativamente nuestras emisiones de gases de efecto invernadero y mitigar los impactos del cambio climático en el medio ambiente. Es fundamental adoptar políticas y medidas para promover la transición hacia un sistema energético más sostenible y respetuoso con el medio ambiente, garantizando así un futuro más limpio y saludable para las generaciones futuras.